Para la mañana... un café

Cuantas veces no nos hemos encontrados sentados a la orilla de la cama preguntándonos a nosotros mismos que fué eso que nos orillo a perder la horizontal? Así... a punto de entrar en verticalidad cerramos los ojos y nos enjuagamos el último sueño tallándonos los ojos para ver si así perdemos la última imagen, esa que en verdad decía algo... y justo allí con los ojos recargados sobre las palmas de las manos nos vertimos en el acelere del día y nos encontramos con las imágenes que dan vida a aquellas que le siguen al estado homónimo de sobriedad, el sueño; no sin antes tomar un café.

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